«Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud». Eclesiastés 12:1. Jesús desea el servicio de los que tienen el rocío de la juventud. Quiere que sean herederos de la inmortalidad. Pueden llegar a ser hombres y mujeres nobles a pesar de la corrupción que abunda y mancilla a tantos de los jóvenes en su temprana edad. Pueden ser libres en Cristo, hijos de la luz, no de las tinieblas.
Dios pide a cada joven y señorita que renuncie a todo hábito malo, que sea diligente en los negocios, ferviente en espíritu, sirviendo al Señor… que… por el poder de su Espíritu, [él] les dará fuerza para vencer.
Los esfuerzos individuales, constantes, unidos, serán recompensados con el éxito. Los que desean hacer mucho bien en este mundo deben estar dispuestos a hacerlo al modo de Dios: realizando cosas pequeñas …
El progreso constante en una buena obra, la repetición frecuente de una clase de servicio fiel, es de más valor a la vista de Dios que el hacer una gran obra, y los jóvenes ganarán una buena reputación dando carácter a sus esfuerzos (Mensajes para los jóvenes, p. 262).
El que da a los hombres la facultad de obtener riquezas, ha unido al don una obligación. Reclama una porción determinada de todo lo que adquirimos. El diezmo pertenece al Señor. «Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles» … «Y todo diezmo de vacas o de ovejas … será consagrado a Jehová». Levítico 27:30, 32. La promesa hecha por Jacob en Betel, muestra lo que abarca la obligación. «De todo lo que me dieres -dijo-, el diezmo apartaré para ti». Génesis 28:22.
«Traed los diezmos al alfolí» (Malaquías 3:10), es la orden de Dios. No se extiende ninguna invitación a la gratitud o generosidad. Es una cuestión de simple honradez. El diezmo pertenece al Señor, y él nos ordena que le devolvamos lo que le pertenece.
«Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel». 1 Corintios 4:2. Si la honradez es un principio esencial en los negocios, ¿no hemos de reconocer nuestra obligación hacia Dios, obligación en la que se basan todas las demás? (La educación, pp. 138, 139).
Con una parte del hombre Dios hizo a una mujer, a fin de que fuese ayuda idónea para él, alguien que fuese una con él, que le alegrase, le alentase y bendijese, mientras que él a su vez fuese su fuerte auxiliador. Todos los que contraen relaciones matrimoniales con un propósito santo -el esposo para obtener los afectos puros del corazón de una mujer, y ella para suavizar, mejorar y completar el carácter de su esposo- cumplen el propósito de Dios para con ellos (El hogar cristiano, p. 84).
En la relación matrimonial se da un paso muy importante: la fusión de dos vidas en una … Concuerda con la voluntad de Dios que el hombre y su esposa estén unidos en su obra, para realizarla con integridad y santidad. Y ellos pueden hacerlo.
La bendición de Dios en el hogar donde existe esta unión es como la luz del sol que proviene del cielo, porque la voluntad de Dios ordenó que el hombre y su esposa estén unidos por los santos lazos del matrimonio, bajo el gobierno de Jesucristo y la dirección de su Espíritu (El hogar cristiano, pp. 86, 87).
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Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023.
1re. Trimestre 2023 «ADMINISTRAR PARA EL SEÑOR… HASTA QUE ÉL VENGA»
Lección 8: «CÓMO PLANIFICAR PARA TENER ÉXITO»
Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez