TESTIGOS DEL CRISTO RESUCUTADO

EGW noviembre 8, 2022
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Los viajeros [de Emaús]  encontraron a todos sorprendidos y excitados. Las voces de los que estaban en la pieza estallaron en agradecimiento y alabanza diciendo:  «Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido  a Simón». Entonces los dos viajeros, jadeantes aún por la prisa con  que habían realizado  su viaje, contaron la historia maravillosa  de cómo Jesús se les apareció. Apenas acabado  su relato, y mientras algunos decían que no lo podían creer  porque  era  demasiado  bueno  para  ser  la verdad,  he  aquí  que  vieron otra persona  delante  de  sí.  Todos  los  ojos  se  fijaron  en el extraño.  Nadie había  llamado  para  pedir  entrada. Ninguna pisada se había  dejado  oír. Los discípulos,  sorprendidos,  se  preguntaron  lo  que  esto  significaba.  Oyeron entonces  una  voz  que  no  era otra  que  la de  su  Maestro .  Claras  fueron  las palabras  de sus labios:  «Paz a vosotros».

«Entonces  ellos espantados y asombrados, pensaban  que veían espíritu. Mas él les dice:  ¿Por  qué  estáis  turbados y suben  pensamientos a vuestros corazones?  Mirad  mis manos y mis pies,  que yo mismo  soy:  palpad,  y ved; que el espíritu  ni tiene carne ni huesos, como  veis que yo tengo. Y en diciendo esto,  les mostró las manos y los pies».

Contemplaron ellos las manos y los  pies heridos por  los crueles clavos. Reconocieron  su  voz,  que  era como  ninguna otra  que  hubiesen   oído.  «Y no  creyéndolo  aún  ellos de gozo , y maravillados,  díjoles:  ¿Tenéis  aquí algo de comer?  Entonces ellos le presentaron parte  de un pez  asado,  y un panal de miel. Y él  tomó,  y comió  delante  de ellos».  «Y los  discípulos  se gozaron viendo al Señor». La fe y el gozo reemplazaron a la incredulidad, y con sentimientos que no podían expresarse en palabras, reconocieron a su resucitado Salvador (El Deseado de todas las gentes, pp. 743, 744).

En  el trato  que  concedió  a Tomás,  Jesús  dio  una  lección  para  sus seguidores.  Su ejemplo  demuestra cómo  debemos  tratar  a aquellos cuya fe es débil y que dan  realce a sus dudas. Jesús no abrumó  a Tomás  con reproches ni entró en controversia  con él. Se reveló al que dudaba. Tomás  había sido  irrazonable al dictar las condiciones de su fe, pero Jesús, por  su amor y consideración  generosa,  quebrantó todas  las  barreras. La incredulidad queda  rara vez vencida por la controversia. Se pone  más bien en guardia y halla nuevo apoyo y excusa. Pero revélese a Jesús en su amor y misericordia como el Salvador crucificado, y de muchos labios antes indiferentes se oirá el reconocimiento de Tomás:  «¡Señor mío, y Dios  mío!»  (El Deseado de todas las gentes, p. 748).

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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022.
4to. Trimestre 2022 «¿QUÉ ES EL HOMBRE? “LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA”»
Lección 7: «LA VICTORIA DE CRISTO SOBRE LA MUERTE»
Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez

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