
DESAFÍO: CONFIAR QUE DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” SALMO 46:1.
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 46
Este Salmo fue inspirado por la victoria en tiempo de Josafat (2 Crón 20). Sin embargo, su lenguaje sublime puede aplicarse a cualquier situación de crisis. Este salmo es llamado el “Salmo de Lutero”, porque el gran reformador acostumbraba a cantarlo en sus momentos de angustia, lo parafraseó en su himno “Castillo fuerte”:
DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA.- En cualquier tipo de crisis que tenemos que enfrentar o soportar, Dios debe ser nuestro amparo y fortaleza. Amparo enfatiza la protección y cuidado que Dios brinda a sus hijos. Fortaleza, es la fuerza interior que Dios nos otorga para poder superar cualquier crisis.
PRONTO AUXILIO EN LAS TRIBULACIONES.- El salmista, recalca que Dios está siempre dispuesto a ayudarnos; por eso, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza, nuestra confianza debe mantenerse inquebrantable en nuestro Dios.
POR LO TANTO: NO DEBEMOS TEMER.- El salmista enumera que no debemos tener miedo a dos eventos:
1) Cuando la tierra se mueve por un movimiento telúrico o terremoto, confiemos en Dios;
2) Cuando acaecen inundaciones o maremotos, confiemos en Dios.
CITA SELECTA
“Cuando Martín Lutero recibía noticias desanimadoras a menudo decía: ‘Venid, vamos a cantar el Salmos 46’. Este salmo comienza con las palabras: ‘Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar’. En lugar de lamentos, lloro y desesperación, cuando las pruebas se acumulan sobre nosotros y nos amenazan como una inundación que quisiera abrumarnos, sino solamente oráramos pidiendo ayuda a Dios, sino que alabáramos al Señor por tantas bendiciones que nos ha dado—alabando a Aquel que es capaz de ayudarnos—, nuestra conducta sería más agradable a sus ojos, y veríamos más su salvación” (NOTAS BIOGRÁFICAS DE ELENA G. DE WHITE, P. 285).
OREMOS:
CANTEMOS Y OREMOS A DIOS POR MEDIO DE ESTA ALABANZA: “DIOS ES NUESTRO AMPARO, NUESTRA FORTALEZA, NUESTRO PRONTO AUXILIO EN LA TRIBULACIÓN. AUNQUE SE TRASPASEN LOS MONTES A LA MAR, AUNQUE BRAMEN Y SE TURBEN SUS AGUAS. POR JESÚS, AMÉN.