
APRENDAMOS A VIVIR EN FORMA SABIA LOS DÍAS QUE DIOS NOS OTORGA
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“«Hazme saber, Señor, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy”. SALMO 39:4
COMENTARIO HISTÓRICO SALMOS 39
Después del pecado de Adán y Eva, el hombre perdió la oportunidad de vivir y nunca morir. Posterior al diluvio, los años de vida del ser humano se acortaron en forma drástica por el cambio climático y por el régimen alimenticio. Luego Moisés escribió: “Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos” (Sal 90:10).
Saya Lilian dice en su poema:
“la vida es tan corta como para como para no mirar el cielo,
tan corta como para no abrazar lo que queremos,
tan corta como para no besar y amar,
tan corta como que no puedo ver la diferencia entre vivir y existir”.
Digamos como el salmista: Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” (Sal 90:12).
Disfrutemos del don de la vida para:
amar y abrazar a nuestros seres amados;
compartir las bendiciones con los más necesitados;
sonreír y saludar a las personas que nos rodean;
pasear mientras tengamos la oportunidad de movernos;
vivir sin rencores;
tener el privilegio de perdonar;
adorar a Dios con alabanzas y oraciones;
disfrutar de los niños y ancianos.
En síntesis: VIVIR FELICES.
CITA SELECTA
“Dios hizo al hombre perfectamente santo y feliz; y la hermosa tierra no tenía, al salir de la mano del Creador, mancha de decadencia, ni sombra de maldición. La transgresión de la ley de Dios, de la ley de amor, fue lo que trajo consigo dolor y muerte. Sin embargo, en medio del sufrimiento resultante del pecado se manifiesta el amor de Dios. Está escrito que Dios maldijo la tierra por causa del hombre. Los cardos y espinas, las dificultades y pruebas que colman su vida de afán y cuidado, le fueron asignados para su bien, como parte de la preparación necesaria, según el plan de Dios, para levantarle de la ruina y degradación que el pecado había causado. El mundo, aunque caído, no es todo tristeza y miseria. En la naturaleza misma hay mensajes de esperanza y consuelo. Hay flores en los cardos, y las espinas están cubiertas de rosas” (EL CAMINO A CRISTO, P. 9).
OREMOS:
SEÑOR, TE PEDIMOS SABIDURÍA PARA DISFRUTAR LOS DÍAS DE VIDA QUE NOS OTORGAS. QUE PODAMOS VIVIR FELICES, AGRADECIDOS PARA COMPARTIR CON NUESTRAS FAMILIAS Y AMIGOS LA BENDICIÓN DE VIVIR. POR JESÚS, AMÉN.