SALMO 27 – 2 JUNIO 2023 Atentos a su Palabra - Biblia - Iglesia Adventista del Séptimo Día Hatillo

COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 27

Este salmo expresa una confianza absoluta en la omnisciencia divina:

1) DIOS ES MI BALUARTE. En la antigüedad un baluarte era un lugar o recinto fortificado para enfrentar al enemigo, de la misma forma, David consideraba la presencia de Dios como el lugar seguro contra cualquier enemigo y de las acechanzas de Satanás;

2) ESPERA EN EL SEÑOR. David sabía por experiencia lo que significaba esperar en el Señor: había sido ungido rey a la edad de dieciséis años, pero tuvo que esperar hasta los treinta años para ser rey. Mientras tanto, el celoso rey Saúl lo estuvo persiguiendo por todo el desierto. David tuvo que esperar en Dios hasta que se pueda cumplir su promesa de que sería rey, porque el profeta Samuel por orden divina lo había ungido como monarca de Israel. En nuestra experiencia, nos desesperamos porque pareciera que Dios no está respondiendo a nuestras oraciones o que no comprende la urgencia de nuestra situación, pero vale la pena esperar en Dios. Dios utiliza la espera para enseñarnos a depender de Él;

3) SÉ VALIENTE, TEN ÁNIMO. David se repite a sí mismo y nos recuerda el consejo de Moisés a Josué, y el consejo de Dios a Josué;

4) ESPERA EN DIOS. El salmo termina con la frase: “Espera en el Señor”, porque, en vez de desesperarnos debiéramos avanzar, en lugar de angustiarnos, debemos regocijarnos, en lugar de quejarnos, debemos mirar la solución que vendrá de Dios. Aprendamos a confiar siempre en Dios.

CITA SELECTA

“En estas horas angustiosas debemos aprender a confiar, a depender únicamente de los méritos de la expiación, y en toda nuestra impotente indignidad fiar enteramente en los méritos del Salvador crucificado y resucitado. Nunca pereceremos mientras hagamos esto, nunca. Cuando la luz resplandece sobre nuestra senda, no es difícil ser fuertes con el poder de la gracia. Pero para aguardar con paciencia y esperanza cuando las nubes nos rodean y todo está obscuro, se requiere una fe y una sumisión que una nuestra voluntad con la de Dios. Nos desalentamos demasiado pronto, y pedimos ardientemente que la prueba sea apartada de nosotros, cuando debiéramos pedir paciencia para soportarla y gracia para vencerla” (JOYAS DE LOS TESTIMONIOS, TOMO1, P.108).