
INTERROGANTE: ¿QUÉ HACER CUANDO ESTAMOS ENFERMOS, ANGUSTIADOS Y DESESPERADOS?
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“Escucha, Señor, mi oración;
llegue a ti mi clamor.
No escondas de mí tu rostro cuando me encuentro angustiado.
Inclina a mí tu oído;
respóndeme pronto cuando te llame”.
SALMO 102:1, 2
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 102
Este salmo se titula: “oración de un afligido”. El autor cree que está a punto de desfallecer, por esa razón, da rienda suelta a su “lamento ante el Señor”. El salmista describe los sufrimientos que está atravesando: angustia, fiebre, debilidad, extenuación, insomnio, opresión, luto y desfallecimiento. Este salmo es muy apropiado repetirlo cuando estemos atravesando por circunstancias difíciles. Tal vez algunos nos preguntemos: “¿Debo contarle a Dios todo lo que estoy sufriendo?” Sí, recordemos que los salmos nos enseñan a orar, este salmo nos muestra que el creyente que sufre puede exponer todos sus sufrimientos delante de Dios.
Pidamos en oración: ESCUCHA MI SÚPLICA Y CLAMOR. ¿Estamos pasando por alguna dificultad o problema que no tenemos ninguna solución humana para resolverlo? Oremos y clamemos con más intensidad para poder ver el actuar de Dios en nuestro favor.
Expresemos a Dios: ESTOY ANGUSTIADO. El apóstol San Pablo expresa: “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos” (2 Cor 4:8, 9).
CITA SELECTA
“Dios responde por cada promesa y con nada podemos deshonrarle más que con dudar y vacilar, con pedir y no creer, y más tarde con dar expresión a la duda. Si no recibís inmediatamente lo que pedís, ¿habéis de andar enfadados y de ser incrédulos? Creed, creed que Dios hará lo que ha prometido. Sigan ascendiendo vuestras oraciones y velad, trabajad y esperad. Pelead la buena batalla de la fe. Decid a vuestro corazón: “Dios me ha invitado a venir a él. Ha oído mi oración. Ha empeñado su palabra prometiendo recibirme y él cumplirá su promesa. Puedo confiar en Dios, porque de tal manera me amó que dio a su Hijo unigénito para que muriese por mí.”
LA EDUCACIÓN CRISTIANA, P. 424
OREMOS:
PADRE, GRACIAS POR ESCUCHAR NUESTRAS ORACIONES Y DARNOS LA SEGURIDAD QUE SON CONTESTADAS. INTERCEDEMOS POR NUESTROS HERMANOS, AMIGOS Y FAMILIARES QUE ESTÁN SOPORTANDO DIVERSAS DIFICULTADES, QUE TU GRACIA LOS SOSTENGA. POR JESÚS, AMÉN.