Un estudio realizado entre adolescentes del Reino Unido concluyó que el aumento del uso de redes sociales se relaciona con un aumento de hasta el 70% en trastornos de la salud mental, tales como la ansiedad y la depresion. Otros problemas detectados en este estudio que se asocian al uso y abuso de las redes sociales son los trastornos del sueño, la baja autoestima, sobre todo en lo relacionado con la aceptación y la valoración de la imagen corporal, el aumento de ideas y pensamientos comparativos con otros jóvenes, la envidia, los anhelos ajenos y la idea de estar perdiendo oportunidades que los otros sí toman. Todos estos sentimientos que generan las redes sociales pueden empeorar la situación. Esto es, sin incluir todo el daño que ha provocado el flagelo del ciberacoso.
En este contexto, cabe que cada uno se pregunte acerca de los beneficios y el costo que implica ser usuario de las redes sociales y cuánto afectan nuestra forma de pensar, nuestras emociones y nuestra conducta y hábitos cotidianos.
A continuación, compartimos un cuestionario diseñado para medir la posible adicción a las redes sociales en jóvenes latinoamericanos.
Para evitar el peligro
Algunas recomendaciones para aquellos que sienten que no pueden controlar el uso de las redes sociales:
Busca a Dios en primer lugar cada día (Mateo 6:33).
Controla tus pensamientos y concéntrate en todo lo bueno y verdadero (Filipenses 4:8).
Cultiva el hábito de contar todo a Dios en oración (Marcos 1:35)
Nunca te enredes en debates inútiles en las redes sociales (1 Corintios 15:33)
Busca la paz de Dios y la encontrarás (Juan 14:26-27).
Si decides dedicar un tiempo a las redes sociales, que sea para compartir las buenas nuevas de amor y esperanza que se encuentran en la Palabra de Dios.