Orar por el pan cotidiano

EGW marzo 9, 2021
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El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Mateo 6:11

Como hijos, recibiremos d?a tras d?a lo que necesitamos para el presente. Diariamente debemos pedir: ?El pan nuestro de cada d?a, d?noslo hoy?. No nos desalentemos si no tenemos bastante para ma?ana. Su promesa es segura: ?Habitar?s en la tierra, y te apacentar?s de la verdad?. Dice David: ?Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan?. Salmos 37:3, 25… SSJ 10.2

El que alivi? los cuidados y las ansiedades de su madre viuda y la ayud? a sostener la familia de Nazaret, simpatiza con toda madre en su lucha por proveer alimento a sus hijos. Quien se compadeci? de las multitudes porque ?estaban desamparadas y dispersas? (Mateo 9:36), sigue teniendo compasi?n de los pobres que sufren. Les extiende la mano para bendecirlos, y en la misma plegaria que dio a sus disc?pulos nos ense?a a acordarnos de los pobres… SSJ 10.3

La oraci?n por el pan cotidiano incluye no solamente el alimento para sostener el cuerpo, sino tambi?n el pan espiritual que nutrir? el alma para vida eterna. Jes?s nos propone: ?Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece? Juan 6:27. Nos dice Jes?s: ?Yo soy el pan vivo que descendi? del cielo; si alguno comiere de este pan, vivir? para siempre?. Juan 6:51. Nuestro Salvador es el pan de vida; cuando miramos su amor y lo recibimos en el alma, comemos el pan que desciende del cielo. SSJ 10.4

Recibimos a Cristo por su Palabra, y se nos da el Esp?ritu Santo para abrir la Palabra de Dios a nuestro entendimiento y hacer penetrar sus verdades en nuestro coraz?n. Hemos de orar d?a tras d?a para que, mientras leemos su Palabra, Dios nos env?e su Esp?ritu con el fin de revelarnos la verdad que fortalecer? nuestra alma para las necesidades del d?a. SSJ 10.5

Al ense?arnos a pedir cada d?a lo que necesitamos, tanto las bendiciones temporales como las espirituales, Dios desea alcanzar un prop?sito para beneficio nuestro. Quiere que sintamos cu?nto dependemos de su cuidado constante, porque procura atraernos a una comuni?n ?ntima con ?l. En esta comuni?n con Cristo, mediante la oraci?n y el estudio de las verdades grandes y preciosas de su Palabra, seremos alimentados como almas con hambre; como almas sedientas seremos refrescados en la fuente de la vida.?El Discurso Maestro de Jesucristo, 95, 96. SSJ 10.6

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