Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificar?.
Nehemías 2:4, 5
Mientras Nehem?as imploraba la ayuda de Dios, no se cruz? de brazos, pensando que no ten?a m?s responsabilidad en el cumplimiento de su prop?sito de restaurar Jerusal?n. Con admirable prudencia y previsión, procedi? a tomar todas las providencias necesarias para asegurar el ?xito de la empresa? SSJ 15.2
El ejemplo de este santo hombre debiera ser una lección para todos los hijos de Dios, con el fin de que no sólo oren con fe, sino que tambi?n trabajen con diligencia y fidelidad. ¿Cuántas dificultades encontramos, cu?n a menudo impedimos que la Providencia obre en favor de nosotros, debido a que se considera que la prudencia, la previsi?n y el esmero tienen poco que ver con la religi?n! Es esta una gran equivocaci?n. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos har?a obreros m?s eficientes para Dios. Hoy en d?a, la consideraci?n cuidadosa y los planes bien pensados son tan esenciales para el ?xito de las empresas sagradas como en el tiempo de Nehem?as? SSJ 15.3
Los hombres de oraci?n deben ser hombres de acci?n. Los que est?n listos a trabajar y dispuestos a hacerlo, hallar?n las formas y los medios. Nehem?as no dependi? de la incertidumbre. Los medios de los cuales carec?a los solicit? de quienes pod?an otorgarlos. SSJ 15.4
El Se?or conmueve a?n el coraz?n de reyes y gobernantes en favor de su pueblo. Los que trabajan para ?l han de valerse de la ayuda que ?l induce a los hombres y a las mujeres a dar para el avance de su causa. Los agentes de los cuales provienen estas d?divas pueden abrir caminos por los cuales la luz de la verdad pueda ser dada a muchos pa?ses entenebrecidos. Estas personas pueden no tener simpat?a hacia la obra de Dios, ni fe en Cristo, ni conocimiento de su Palabra; pero sus dones no han de ser rechazados por ese motivo. SSJ 15.5
El Se?or ha colocado sus bienes en manos de los no creyentes as? como en las de los cristianos; todos pueden devolverle lo que le pertenece para la realizaci?n de la obra que debe ser hecha en favor de un mundo ca?do. Mientras estemos en este mundo, mientras el Esp?ritu de Dios contienda con el coraz?n humano, hemos de recibir y hacer favores.?The Southern Watchman, 15 de marzo de 1904. Ver Servicio Cristiano Eficaz, 296, 297, 214, 209. SSJ 15.6