MUCHOS SE LEVANTARON CON ÉL

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Cuando Jesús, pendiente de la cruz, exclamó:  «Consumado es,«las peñas se  hendieron,  tembló  la tierra  y se abrieron  algunas  tumbas. Al resurgir él triunfante  de la muerte  y del sepulcro,  mientras  la tierra  se tambaleaba  y los fulgores  del cielo brillaban  sobre el sagrado lugar, algunos de los justos muertos, obedientes a su llamamiento, salieron de los sepulcros como testigos de que Cristo había  resucitado. Aquellos favorecidos  santos salieron glorificados.  Eran santos  escogidos  de todas  las épocas,  desde la creación hasta los días de Cristo. De modo  que mientras los príncipes judíos procuraban  ocultar  la resurrección  de Cristo, hizo Dios levantar de sus tumbas cierto  número  de santos para  atestiguar que Jesús había  resucitado y proclamar su gloria…

Los que salieron de los sepulcros cuando resucitó Jesús, se aparecieron a muchos,  diciéndoles  que ya estaba cumplido  el sacrificio por el hombre; que Jesús,  a quien  los judíos  crucificaran,   había  resucitado de  entre  los muertos,  y en comprobación de sus palabras, declaraban: «Nosotros fuimos resucitados  con  él».  Atestiguaban  que  por  el formidable poder  de Jesús habían salido de sus sepulcros (Primeros escritos,  pp.  183,  184).

No nos lamentemos,  pues, porque  en esta vida no estemos libres de desilusiones y aflicción. Si en la providencia de Dios somos llamados a soportar pruebas,  aceptemos la cruz, y bebamos  la copa amarga,  recordando  que es la mano de un Padre la que la ofrece a nuestros labios. Confiemos  en él, en las tinieblas  como en la luz del día. ¿No podemos creer que nos dará todo lo que fuere para nuestro bien? «El que aun a su propio  Hijo no perdonó, antes le entregó  por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?» Romanos 8:32 …

¡Qué tema de meditación nos resulta el sacrificio que hizo Jesús por los pecadores perdidos! «Mas él herido  fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados:  el castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados». Isaías 53:5. ¿Cuánto debemos  estimar las bendiciones así puestas a nuestro alcance? ¿Podría Jesús haber sufrido  más? ¿Podría haber comprado para nosotros más ricas bendiciones?…  En nuestro estado actual.  favorecidos y bendecidos  como  nos vemos,  no  podemos  darnos cuenta  de qué profundidades hemos sido rescatados. No  podemos medir cuánto  más profundas habrían   sido  nuestras aflicciones, cuánto  mayores nuestras desgracias, si Jesús no nos hubiese rodeado  con su brazo humano de simpatía y amor, para levantarnos.

Podemos  regocijarnos en la esperanza … Murió  para poder  lavar nuestros pecados, revestirnos de su justicia, y hacernos idóneos para la sociedad del cielo, donde  podremos  morar  para siempre en la luz (Testimonios para la iglesia, t.  5, pp. 295, 296).

#Notas de Elena G White
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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022.
4to. Trimestre 2022 «¿QUÉ ES EL HOMBRE? “LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA”»
Lección 7: «LA VICTORIA DE CRISTO SOBRE LA MUERTE»
Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez

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