LOS PRIMEROS DÍAS

EGW septiembre 17, 2022
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Después de que Cristo condescendió en abandonar su autoridad suprema, en descender de una altura infinita para tomar la humanidad, pudo haber tomado para sí cualquier condición de ser humano que hubiera elegido; pero la grandeza y la jerarquía eran nada para él, y escogió la más humilde forma de vida. Belén fue el lugar de su nacimiento; por un lado su ascendencia era pobre, pero Dios, el dueño del mundo, era su Padre.

En su vida no hubo vestigios de lujo, comodidades, complacencia propia ni deleites, sino que fue una sucesión continua de abnegación y sacrificio propio. De acuerdo con su humilde nacimiento, indudablemente no tuvo grandeza ni riquezas, para que el creyente más humilde no pudiera decir que Cristo nunca supo lo que era la angustia de la pobreza apremiante. Si hubiera poseído la apariencia de la ostentación exterior, de las riquezas, de la grandeza, los más pobres habrían evitado su compañía. Por eso escogió la condición humilde de la gente mucho más numerosa. La verdad de origen celestial había de ser su tema; tenía que sembrarla en el mundo, y aprovechar de tal manera que era accesible para todos, para que la verdad sola impresionara los corazones humanos (Fundamentals of Christian Education, p. 401; partly in Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 7, págs. 915, 916).

El contentamiento de Cristo en cualquier circunstancia a causa de sus hermanos. No podremos comprender la razón de su paz y serenidad; y ningún argumento suyo logró inducirlo a participar en planes o arreglos que tuvieran alguna huella de vulgaridad o de culpabilidad. En cada ocasión se apartaba de ellos, afirmando claramente que engañarían a otros y que no eran dignos de ser llamados hijos de Abraham. Debía dar tal ejemplo que los niños pequeños, los miembros más tiernos de la familia del Señor, no verían nada en su vida o carácter que justificara alguna mala acción. Eres demasiado quisquilloso y peculiar —dijeron los miembros de su propia familia. ¿Por qué no ser como los demás niños? Pero esto no pudo ser;

Toda transgresión, todo descubierto o rechazamiento de la gracia de Cristo, obra indirectamente sobre nosotros; aguanta el corazón, deprava la voluntad, entorpece el entendimiento, y no solo os vuelve menos inclinados a ceder, sino también menos capaz de oír las tiernas súplicas del Espíritu de Dios…

Un solo rasgo malo en el carácter, un solo deseo pecaminoso, persistentemente albergado, neutraliza con el tiempo todo el poder del evangelio. Cada vez que uno cede al pecado, se fortalece la aversión del alma hacia Dios. El hombre que manifiesta un descreído atrevimiento o una estólida indiferencia hacia la verdad, no está sino siguiendo la cosecha de su propia siembra. En toda la Escritura no hay amonestación más terrible contra el hábito de jugar con el mal que estas palabras del sabio: “Prenderán al impío sus propias iniquidades”. Proverbios 5:22 (El camino a Cristo, pp. 33, 34).

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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022.
3rd Trimestre 2022 «EN EL CRISOL CON CRISTO»
Lección 13: «CRISTO EN EL CRISOL»
Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez

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