LOS AÑOS PRODUCTIVOS

Notas de EGW febrero 25, 2023
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Más de un hombre hubiera escapado al fracaso y a la ruina financiera, si  hubiese tenido  en cuenta  las advertencias  que las Escrituras repiten y recalcan.

«El  que se apresura  a enriquecerse  no será sin culpa».  Proverbios 28:20.

«Las  riquezas  de  vanidad  disminuirán;   pero el  que  recoge  con mano laboriosa las aumenta».  Proverbios  13: 11.

A estos principios  está  ligado  el  bienestar  de la  sociedad,  tanto en las relaciones  seculares  como en las religiosas.  Ellos son los  que dan seguridad a la propiedad  y la vida. Por todo lo que hace posible  la confianza y la cooperación,  el mundo es deudor a la ley de Dios, según la da su Palabra, y según se puede encontrar  aún, en rasgos a menudo oscuros y casi  borrados, en el corazón de los hombres.

Las palabras  del  salmista:  «Mejor me  es la  ley de tu boca,  que millares de oro y plata» declaran algo que es cierto desde otros puntos de vista, fuera del religioso.  Declaran una verdad absoluta,  reconocida en el  mundo de los negocios. Hasta en esta  época  de pasión  por  la acumulación  de dinero,  cuando hay tanta competencia  y los  métodos son tan poco escrupulosos,  se reconoce ampliamente  que, para el joven que se inicia en la vida,  la integridad, la diligencia, la temperancia, la economía  y la pureza  constituyen  un capital  mejor que el constituido meramente por una suma de dinero (La educación, pp.  136,  137).

Por su ejemplo, [Jesús] nos enseñó que es nuestro deber ser laboriosos, y que nuestro trabajo debe cumplirse con exactitud y esmero, y que una  labor tal  es honorable.  El ejercicio que enseña a las manos a ser útiles, y prepara a los jóvenes para llevar su parte de las cargas de la vida, da fuerza física y desarrolla  toda facultad. Todos deben hallar algo que hacer benéfico para sí y para otros. Dios nos asignó el trabajo como una bendición, y solo el obrero diligente halla la verdadera gloria y el gozo de la vida. La aprobación  de Dios descansa con amante seguridad sobre los niños y jóvenes  que alegremente asumen su parte en los deberes de la familia, y comparten  las cargas de sus padres.  Los tales, al salir del  hogar, serán miembros  útiles de la sociedad.

Durante  toda su vida terrenal,  Jesús trabajó con fervor y constancia. Esperaba  mucho resultado; por lo tanto, intentaba grandes cosas … Jesús no rehuyó los cuidados y la responsabilidad … El carácter positivo y enérgico,  sólido y fuerte que manifestó Cristo, debe desarrollarse  en nosotros,  mediante la misma disciplina que él  soportó.  Y a nosotros se nos ofrece la gracia que recibió él (El Deseado  de todas las gentes, pp. 53, 54).

Hay ciencia en la clase más humilde de trabajo; y si todos tuvieran ese concepto,  verían nobleza en el  trabajo. El corazón y el alma han de ser puestos en el trabajo, cualquiera sea la clase; entonces hay alegría y eficiencia. En las ocupaciones  agrícolas y mecánicas, los hombres pueden dar evidencia ante Dios de que aprecian su don en las capacidades físicas,  como también en las facultades  mentales.  Empléese la capacidad educada  en idear mejores métodos de trabajo. Esto es lo que el Señor quiere. Todo tipo de trabajo que necesite ser hecho es honorable. Que la ley de Dios se convierta en una norma de acción, y entonces ella ennoblecerá  y enaltecerá todo trabajo.  La fidelidad en el desempeño de todo deber hacen del trabajo algo noble, y revela un carácter que Dios puede aprobar (Notas biográficas de Elena G.  de White, p.  387).

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Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023.
1re. Trimestre 2023 «ADMINISTRAR PARA EL SEÑOR… HASTA QUE ÉL VENGA»
Lección 8: «CÓMO PLANIFICAR PARA TENER ÉXITO»
Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez

 

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