LA REENCARNACIÓN

EGW diciembre 5, 2022
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Satanás seduce hoy día a los hombres como sedujo a Eva en el Edén, lisonjeándolos, alentando  en ellos el deseo de conocimientos prohibidos y despertando en ellos la ambición  de exaltarse a sí mismos. Fue alimentando esos males como  cayó él mismo, y por ellos trata de acarrear  la ruina de los hombres. «Y seréis como Dios -dijo él-, conocedores  del bien y del mal». Génesis 3:5 (VM).  El espiritismo enseña «que el hombre es un ser susceptible de adelanto;  que su destino consiste en progresar desde su nacimiento, aun hasta la eternidad, hacia la divinidad». Y además que «cada inteligencia se juzgará a sí misma y no será juzgada por otra». «El juicio será justo, porque será el juicio  que uno haga de sí mismo  [ … ]. El tribunal  está interiormente en vosotros». Un  maestro espiritista dijo que cuando  «la conciencia  espiritual» se despertó  en él: «Todos mis semejantes eran semidioses no caídos». Y otro dice: «Todo ser justo y perfecto es Cristo».

Así,  en  lugar  de la justicia  y perfección  del Dios  infinito  que  es el verdadero  objeto de la adoración;  en lugar de la justicia perfecta de la ley, que es el verdadero  modelo  de la perfección humana,  Satanás ha colocado la naturaleza  pecadora  del hombre sujeto al error, como  único  objeto  de adoración, única regla del juicio o modelo  del carácter. Eso no es progreso, sino retroceso (El conflicto de los siglos, p.  542).

Satanás estaba tratando de privar  a los hombres del conocimiento de Dios, de desviar  su  atención  del  templo  de Dios, y establecer su propio reino. Su contienda por la supremacía había parecido  tener casi completo éxito.  Es  cierto  que en  toda  generación   Dios  había  tenido   sus  agentes. Aun entre los paganos, había hombres por medio de quienes Cristo estaba obrando  para elevar el pueblo  de su pecado  y degradación. Pero eran despreciados y odiados. A muchos se les había dado muerte. La obscura sombra que Satanás había echado sobre el mundo  se volvía cada vez más densa.

Mediante el paganismo,  Satanás había apartado de Dios a los hombres durante  muchos siglos; pero  al pervertir la fe de Israel había  obtenido su mayor triunfo. Al contemplar y adorar  sus propias concepciones, los paganos habían perdido el conocimiento de Dios, y se habían  ido corrompiendo cada vez más. Así había sucedido también  con Israel. El principio de que el hombre  puede  salvarse por sus obras, que es fundamento de toda  religión pagana, era ya principio de la religión judaica. Satanás lo había implantado; y doquiera  se lo adopte, los hombres  no tienen defensa contra el pecado (El Deseado de todas las gentes,  p. 26).

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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022.
4to. Trimestre 2022 «¿QUÉ ES EL HOMBRE? “LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA”»
Lección 11: «LOS ENGAÑOS DEL TIEMPO FINAL»
Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez

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