LA BENDICIÓN DEL TRABAJO (IDEALMENTE)

Notas de EGW febrero 25, 2023
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El que enseñó  a Adán y Eva  en el Edén a cuidar  del huerto desea instruir hoy a los hombres. Hay sabiduría  para quien  maneja el arado y siembra  la semilla. Dios abrirá caminos  a los que confían  en él y le obedecen.  Sigan  adelante  con valor,  confiando  en Aquel  que  les  satisface las necesidades conforme  a la  riqueza  de su bondad.

El  que  dio  de  comer  a  la  muchedumbre   con  cinco  panes  y  dos pececillos  puede  darnos  hoy  el  fruto  de  nuestro  trabajo.  El que dijo  a los pescadores  de Galilea: «Echad  vuestras redes para pescar», y que, al obedecer  ellos,  las  llenó hasta que se rompían,  desea  que su pueblo  vea en ello  una prueba  de lo  que él quiere  hacer por ellos  hoy.  Aún vive y reina el  Dios que dio a los hijos de Israel  en el  desierto el  maná del  cielo. Él  guiará  a su pueblo,  y  le  dará  destreza  y entendimiento  para  la  obra que está llamado a realizar. Dará sabiduría  a los que luchan  por cumplir consciente  e inteligentemente  con su deber. El Dueño  del mundo es rico en recursos, y bendecirá a todo aquel que procure beneficiar a los demás.

Necesitamos mirar al cielo con fe. No deberíamos  desalentarnos por aparentes fracasos y dilaciones. Debemos trabajar animosos, llenos de esperanza, agradecidos, con la certidumbre  de que la tierra encierra en su seno ricos tesoros para que los almacene el obrero fiel, reservas más preciosas que el oro o la plata. Los montes y collados se alteran;  la tierra envejece como un vestido; pero nunca faltará la bendición de Dios, que adereza para su pueblo mesa en el desierto (El ministerio de curación, p.  152).

En el principio  el Señor ordenó  a Adán que cultivara  la tierra.  Esta tarea  resultó  mucho  más  difícil  debido  a la transgresión  de  la  ley  de Dios.  Al  pecar, el hombre  obró contra su propio  bien presente y eterno. La tierra fue maldita porque  debido a la desobediencia humana Satanás tuvo  la oportunidad  de sembrar en el corazón  la semilla del mal. La tierra, que al principio producía  solo lo bueno, comenzó a producir cizaña, y su desarrollo produjo una lucha continua  (Cada día con Dios, p. 10).

El nombre «siervo»  se aplica a todos  los hombres, pues todos  lo somos,  y nos convendrá  ver a qué molde nos conformamos.  ¿Es el  de la infidelidad o el de la fidelidad?

¿Están  los  siervos  generalmente dispuestos  a hacer todo  lo que pueden?  ¿No es más  bien  costumbre  prevaleciente deslizarse  por  el trabajo  tan rápida  y fácilmente  como sea posible  y obtener el  salario al menor costo posible?  El fin no es ser tan cabal  como se pueda, sino obtener  una remuneración. Los que profesan  ser siervos de Cristo no deberían  olvidar el precepto  del apóstol Pablo: «Siervos, obedeced  en todo a vuestros amos terrenales, no para ser vistos como los que quieren agradar  a los hombres,  sino con sinceridad  de corazón, por respeto  a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,  como para el  Señor, y no para los hombres; seguros de que recibiréis del Señor la recompensa de la  herencia;  porque  a Cristo  el  Señor  servís».  Colosenses  3:22-241 (Mensajes para los jóvenes, p.  160).

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Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2023.
1re. Trimestre 2023 «ADMINISTRAR PARA EL SEÑOR… HASTA QUE ÉL VENGA»
Lección 8: «CÓMO PLANIFICAR PARA TENER ÉXITO»
Colaboradores: Ana Hironymus & Esther Jiménez

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