JOSUÉ 2 – 21 JULIO 2022

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PARA QUE LAS PROMESAS DIVINAS SE CUMPLAN, DEBEMOS EJERCER FE EN EL PODER DE DIOS


VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

“Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido” (Ver. 10).


COMENTARIO HISTÓRICO – CAPÍTULO 2 DE JOSUÉ

Cuarenta años atrás, dos de los doce espías informaron que Dios tenía poder para vencer las ciudades fortificadas y a los gigantes que vivían en esa región, pero diez espías influenciaron a todo el pueblo a desistir de la conquista. Después de asumir el liderazgo de Israel, Josué envía a dos espías a Jericó que era la ciudad considerada la “llave” para conquistar Canaán, con el propósito de tener información detallada sobre sus murallas y su ejército. Cuarenta años Israel vagó por el desierto por haber desconfiado del poder de Dios. Sin embargo, esos mismos años los cananeos y los habitantes de Jericó según el informe que les compartió Rahab, estuvieron atemorizados para saber en qué momento serían conquistados y destruidos. Por lo tanto, sin levantar una espada ya Dios les había dado la victoria. La declaración de fe en el Dios de Israel de Rahab, se considera la primera conversión de un pagano a la religión judía. Ella junto con toda su familia serían las únicas personas que se salvarían de la destrucción de Jericó.

CITA SELECTA – HIJAS DE DIOS, PÁG. 33

“Jericó era una ciudad dedicada a la idolatría más extravagante. Los habitantes eran ricos, y todas las riquezas que Dios les había permitido tener, se las acreditaban a sus dioses. Había oro y plata en abundancia y, como había ocurrido antes con los antediluvianos, eran blasfemos y corruptos. Provocaban e insultaban al Dios del cielo con sus obras perversas; y los juicios de Dios se levantaron contra Jericó. Aunque era una fortaleza, el mismo Capitán de las huestes del Señor vino del cielo para dirigir sus ejércitos en el ataque a la ciudad. Los ángeles de Dios tomaron las masivas murallas y las derribaron en tierra. Dios había declarado una maldición sobre la ciudad, y todos sus habitantes habían de perecer, salvo Rahab y su casa; ellos estarían a salvo por el favor que Rahab había mostrado a los mensajeros del Señor”.

ORACIÓN

SEÑOR Y DIOS NUESTRO, YA NO QUEREMOS SEGUIR VIVIENDO EN ESTE DESIERTO DE ENFERMEDADES, PECADOS, INJUSTICIAS Y MUERTE. TE SUPLICAMOS QUE TUS PROMESAS DE RESTAURACIÓN Y SALVACIÓN SE CUMPLAN EN NUESTRAS VIDAS. POR JESÚS, AMÉN. 

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