CONSIDERARNOS INDIGNOS DELANTE DE LA PRESENCIA DE DIOS
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “¿Qué puedo responderte, si soy tan indigno? ¡Me tapo la boca con la mano!”
JOB 40:4
COMENTARIO HISTÓRICO
Dios le plantea a Job seis preguntas. La primera dice: ¿Corregirá al Todopoderoso que contra él contiende? Luego añade: ¿vas a invalidar mi justicia? ¿me harás quedar mal para que tú quedes bien? La respuesta de Job es un reconocimiento de su pequeñez ante Dios, por eso, en vez de decir “soy inocente”, como la había declarado ante sus amigos, ahora afirma: “soy vil”. La revelación divina ha cambiado totalmente su actitud para consigo mismo y se considera pecador delante de Dios.
El problema humano es que comparamos nuestra conducta con nuestros semejantes, y no delante de la justicia y perfección divina, porque lo mejor de nuestra justicia, es considerado por Dios como “trapo de inmundicia”. La comunión con el Señor convence y humilla al que se cree santo. Todos los que nos relacionamos íntimamente con Cristo, experimentamos nuestra pecaminosidad y se exclama como el profeta Isaías: “Hay de mí que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”.
CITA SELECTA
“Puesto que somos pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente una ley santa. No tenemos justicia propia con que cumplir lo que la ley de Dios exige. Pero Cristo nos preparó una vía de escape. Vivió en esta tierra en medio de pruebas y tentaciones como las que nosotros tenemos que arrostrar. Sin embargo, su vida fue impecable. Murió por nosotros, y ahora ofrece quitar nuestros pecados y vestirnos de su justicia. Si os entregáis a Él y le aceptáis como vuestro Salvador, por pecaminosa que haya sido vuestra vida, seréis contados entre los justos, por consideración hacia Él. El carácter de Cristo reemplaza el vuestro, y sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado. Más aún, Cristo cambia el corazón, y habita en el vuestro por la fe. Debéis mantener esta comunión con Cristo por la fe y la sumisión continua de vuestra voluntad a Él. Mientras lo hagáis, El obrará en vosotros para que queráis y hagáis conforme a su beneplácito. Así podréis decir: “Aquella vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó, y se dio a sí mismo por mí” (CC 62).
ORACIÓN
PADRE, NECESITAMOS CONOCERTE CADA DÍA MÁS, PARA COMPRENDER NUESTRA PECAMINOSIDAD. REQUERIMOS HABLAR MÁS CONTIGO PARA CONOCER MÁS DE TUS CAMINOS. PERDONA NUESTROS PECADOS. POR JESÚS, AMÉN.