JACOB BENDICE A SUS HIJOS

EGW junio 21, 2022
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Por fin todos los hijos de Jacob se reunieron alrededor de su lecho de muerte. Jacob llamó a sus hijos y dijo: “Juntaos y oíd, hijos de Jacob; y escuchad a vuestro padre Israel”. “Y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días”. A menudo había pensado ansiosamente en el futuro de sus hijos, y había tratado de concebir un cuadro de la historia de las diferentes tribus. Ahora, mientras sus hijos esperaban su última bendición, el Espíritu de la inspiración se posó sobre él; y se presentó ante él en profética visión el futuro de sus descendientes. Uno después de otro, mencionó los nombres de sus hijos, describió el carácter de cada uno, y predijo brevemente la historia futura de sus tribus…

El sacerdocio fue otorgado a Leví, el reino y la promesa mesiánica a Judá, y la doble porción de la herencia a José. Nunca ascendió la tribu de Rubén a una posición eminente en Israel; no fue tan numerosa como la de Judá, la de José, o la de Dan; y se contó entre las primeras que fueron llevadas en cautiverio (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 238, 239).

Jacob había sido siempre un hombre de profundos y ardientes afectos; su amor por sus hijos era fuerte y tierno, y el testimonio que dio de ellos en su lecho de muerte no fue expresión de parcialidad ni resentimiento. Había perdonado a todos, y los amó a todos hasta el fin. Su ternura paternal se habría expresado solo en palabras de ánimo y de esperanza; pero el poder de Dios se posó sobre él, y bajo la influencia de la inspiración fue constreñido a declarar la verdad, por penosa que fuera.

Una vez pronunciadas las últimas bendiciones, Jacob repitió el encargo referente al sitio de su entierro: “Yo voy a ser reunido con mi pueblo: sepultadme con mis padres… en la cueva que está en el campo de Macpela… Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea”. De esta manera el último acto de su vida fue manifestar su fe en la promesa de Dios (Historia de los patriarcas y profetas, p. 241).

No todo el mundo ha tomado posiciones con el enemigo y contra Dios. No todos se han vuelto desleales. Queda un remanente que permanece fiel a Dios; porque Juan escribe: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Apocalipsis 14:12. Muy pronto una furiosa batalla contra los que sirven a Dios será entablada por aquellos que no le sirven. Muy pronto todo lo que es susceptible de ser removido lo será, de modo que subsistan únicamente aquellas cosas que no pueden ser quebrantadas…

[El] pueblo de Dios hallará su fortaleza en la señal mencionada en Éxodo 31:12-18. Tendrán que afirmarse sobre la palabra viviente: “Escrito está”. Es el único fundamento seguro. Aquellos que hayan quebrantado su alianza con Dios estarán entonces sin Dios y sin esperanza.

Lo que caracterizará de un modo peculiar a los adoradores de Dios será su respeto por el cuarto mandamiento, puesto que es la señal del poder creador de Dios y atestigua que él tiene derecho a la veneración y al homenaje de los hombres (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 14, 15).

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Colaboradores: América Lara & Jacqueline Lora

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