EL MISTICISMO

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Cierta  opinión espuria se está diseminando ahora por  todas partes con respecto al amor  de Jesús, es a saber, que debemos permanecer en su amor, y que todo  lo que necesitamos es tener  fe en él.  Pero esas almas deben  ser instruidas de tal modo  que lleguen  a saber que cuando  el amor  de Jesús se halla en el corazón,  nos inducirá  a la humildad de vida y a la obediencia a todos  sus mandamientos. «El que  dice: Yo le conozco,  y no guarda  sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él».  1 Juan 2:4. El amor de Jesús que no pasa de los labios no salvará a nadie, y será en cambio un gran engaño…

Los que  rechazan  la verdad  de la  Biblia lo hacen  con  el pretexto  de amar  a Jesús.  Los  que  aman  a Jesús  manifestarán  su  amor  siendo  hijos obedientes. Serán hacedores de la Palabra, y no meros oidores. No andarán diciendo continuamente: «Todo lo que tenemos que hacer es creer en Jesús». Esto es verdad cuando  se lo entiende en su pleno sentido;  pero ellos no comprenden, no  aceptan ese pleno  sentido. Creer  en Jesús significa  aceptarlo como Redentor, como Modelo. Todos los que aman a Jesús deben seguir su ejemplo. Deben  relacionarse con Jesús tan íntimamente como  el pámpano con la vid viviente  ( Cada día con Dios, p. 297).

La naturaleza humana  es vacilante. Los hombres  captan la verdad con su capacidad  de  percepción, pero  rehúsan  apartarse  del mundo. No  consienten  en ser el pueblo  especial de Dios. Conocen la verdad  de la Biblia, pero no desean  obedecerla  y se apartan  de ella.  Ejercitan  su incredulidad y las tinieblas  descienden  sobre  sus almas.  Por haber  escogido  su camino se los deja para  que sean llenados  con sus propias  inclinaciones. La verdad es insultada, Cristo  es ignorado  y su suerte será la perdición, a menos que retomen  y se arrepientan (Alza tus ojos, p.  16).

El sentimiento y la fe son tan distintos uno del otro como  lo es el este del oeste. La fe no  depende  de los sentimientos. Debiéramos dedicarnos diariamente a Dios, y creer que Cristo comprende y acepta el sacrificio, sin examinarnos   a nosotros mismos,  para  ver si tenemos  ese grado  de sentimientos que pensamos que debe corresponder a nuestra fe. ¿No tenemos la seguridad de que nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo  a aquellos que  lo piden  con  fe de lo que  los padres lo están para  dar buenos dones a sus hijos? Debiéramos avanzar como si oyéramos la respuesta de Dios, de Aquel  cuyas promesas  nunca  fallan, dada a la oración  enviada a su  trono.  Cuando hagamos  esto,  las  nieblas  y  las nubes  serán  disipadas, y pasaremos  de  las sombras  de  las  tinieblas  a la clara  luz  de  su  presencia (Mente, carácter, y personalidad, t.  2, p. 556).

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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2022.
4to. Trimestre 2022 «¿QUÉ ES EL HOMBRE? “LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA”»
Lección 11: «LOS ENGAÑOS DEL TIEMPO FINAL»
Colaboradores: Wilber Valero & Esther Jiménez

 

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