Acercándonos a Dios con reverencia

EGW marzo 8, 2021
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Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.

Lucas 11:2

Para santificar el nombre del Se?or se requiere que las palabras que empleamos al hablar del Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. ?Santo y temible es su nombre?. Salmos 111:9. Nunca debemos mencionar con liviandad los t?tulos ni los apelativos de la Deidad. Por medio de la oraci?n entramos en la sala de audiencia del Alt?simo y debemos comparecer ante ?l con pavor sagrado. Los ?ngeles velan sus rostros en su presencia. Los querubines y los esplendorosos y santos serafines se acercan a su trono con reverencia solemne. ?Cu?nto m?s debemos nosotros, seres finitos y pecadores, presentarnos en forma reverente delante del Se?or, nuestro Creador! SSJ 9.2

Pero santificar el nombre del Se?or significa mucho m?s que esto. Podemos manifestar, como los jud?os contempor?neos de Cristo, la mayor reverencia externa hacia Dios y, no obstante, profanar su nombre continuamente. ?El nombre de Jehov?? es ?fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad… que perdona la iniquidad, la rebeli?n y el pecado?. ?xodo 34:5-7. Se dijo de la iglesia de Cristo: ?Se la llamar?: Jehov? justicia nuestra?. Este nombre se da a todo disc?pulo de Cristo. Es la herencia del hijo de Dios. La familia se conoce por el nombre del Padre. El profeta Jerem?as, en tiempo de tribulaci?n y gran dolor, or?: ?Sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares?. Jerem?as 14:9. SSJ 9.3

Este nombre es santificado por los ?ngeles del cielo y por los habitantes de los mundos sin pecado. Cuando oramos ?Santificado sea tu nombre?, pedimos que lo sea en este mundo, en nosotros mismos. Dios nos ha reconocido delante de la humanidad y ?ngeles como sus hijos; pid?mosle ayuda para no deshonrar el ?buen nombre que fue invocado sobre? nosotros. Santiago 2:7. SSJ 9.4

Dios nos env?a al mundo como sus representantes. En todo acto de la vida, debemos manifestar el nombre de Dios. Esta petici?n exige que poseamos su car?cter. No podemos santificar su nombre ni representarlo ante el mundo, a menos que en nuestra vida y car?cter representemos la vida y el car?cter de Dios. Esto podr? hacerse ?nicamente cuando aceptemos la gracia y la justicia de Cristo.?El Discurso Maestro de Jesucristo, 91, 92. SSJ 9.5

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