
EL FINAL DE LA VIDA DE ACAB NOS ENSEÑA QUE NO DEBEMOS JUGAR CON LAS ADVERTENCIAS DIVINAS
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria. Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado” (Vers. 37, 38). ar.
COMENTARIO HISTÓRICO
El último acto de Acab fue invitar a Josafat, rey de Judá, para que lo ayude a ir a combatir contra Siria. Josafat le sugiere a Acab que consulten a Dios para conocer su voluntad. Cuatrocientos profetas de la cohorte de Jezabel profetizaron que tendrían una gran victoria. Josafat percibe que estos mensajeros no eran profetas inspirados por Dios, por lo que solicitó la presencia de un verdadero profeta. Llaman a Micaías y le advierten que debe coincidir con lo que dicen los otros profetas. Cuando Micaías comienza a hablar, repite lo que dicen los falsos profetas. Sin embargo, cuando se le pide que diga la verdad, anuncia que serían derrotados y que el pueblo de Israel quedaría disperso “como ovejas sin pastor”. A pesar de esta advertencia, Josafat va a la guerra, salva su vida por el grito de auxilio que pidió a Dios. Acab es herido en esta batalla y muere ese mismo día. El carro de Acab fue a lavarse al estanque de Samaria, y lo perros lamieron su sangre, para que se cumpliera la palabra del profeta Elías. Josafat preparó unas naves mercantes para obtener oro de Ofir, pero esta vez no aceptó aliarse con Ocozías, porque la alianza que hizo con Acab casi le costó su vida.
CITA SELECTA
MGD, PÁG.202
“El Señor requiere que obedezcamos la voz del deber, cuando haya otras voces alrededor de nosotros instándonos a seguir una conducta opuesta. Se demanda nuestra ferviente atención para distinguir la voz que habla de parte de Dios. Debemos resistir y vencer la inclinación, y obedecer la voz de la conciencia sin discusiones ni transigencias, no sea que cesen sus advertencias y la voluntad y el impulso tomen las riendas. La Palabra de Dios llega a todos nosotros, los que no hemos resistido a su Espíritu mediante la decisión de no oír ni obedecer. Esta voz se escucha en advertencias, consejos y reprensiones. Es el mensaje de Dios para iluminar a su pueblo. Si esperamos llamamientos más estentóreos o mejores oportunidades, la luz puede ser retirada y quedaremos en tinieblas…”
ORACIÓN
QUERIDO PADRE, EL TRISTE FINAL DE ACAB NOS ADVIERTE A NO MENOSPRECIAR LOS LLAMADOS DE ADVERTENCIA QUE NOS HACES POR MEDIO DE TUS PROFETAS. QUE SIEMPRE SEAMOS OBEDIENTES. POR JESÚS, AMÉN.