APRENDAMOS A ORAR COMO ORÓ JABES
“Jabes le rogó al Dios de Israel: Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción. Y Dios le concedió su petición”.
1 CRÓNICAS 4:10
COMENTARIO HISTÓRICO
.En la genealogía de Judá se menciona a Jabes. En solo dos versículos se presentan su biografía: Como su madre dio a luz con dolor, le puso por Jabes, que significa dolor. Llegó a ser el hombre más ilustre de su clan. Jabes, elevó una plegaria que se convierte en un modelo de oración:
Ensancha mi territorio
El territorio de influencia puede ser en el área espiritual, profesional, familiar o laboral. Sólo cuando entregamos las riendas de todo cuanto poseemos, Dios lo bendecirá.
Que tu mano esté conmigo
En la vida real no existen los héroes que todo lo resuelven. En la vida real los verdaderos héroes, son los que dependen de Dios en todo momento. La mano de Dios es un término bíblico que expresa el poder y la presencia de Dios. La mano de Dios no es otra cosa, sino la presencia real y verdadera de nuestro Dios.
Que me libres del mal, para que no me dañe
Pidamos al Señor que expulse todo lo malo que pueda inhibir el propósito de Dios. Jabes entiende el peligro de caer en pecado ya que todo lo ganado se puede perder. Pide que se lo cuide del peligro del éxito, porque las bendiciones mal encausadas son el mayor peligro del fracaso, porque pueden embotar nuestra dependencia de Dios.
Cuando se experimentan bendición y grandeza, es cuando más que nunca se debe sentir la necesidad de Dios.
DIOS RESPONDE.- Al terminar la corta biografía, el autor, informa que “Dios le otorgó lo que pidió”.
“Dios es demasiado sabio para errar, y demasiado bueno para privar de cualquier cosa buena a sus santos que andan íntegramente. El hombre está sujeto a errar, y aunque sus peticiones asciendan de un corazón sincero, no siempre pide las cosas que sean buenas para sí mismo, o que hayan de glorificar a Dios. Cuando tal cosa sucede, nuestro sabio y bondadoso Padre oye nuestras oraciones, y nos contesta, a veces inmediatamente; pero nos da las cosas que son mejores para nosotros y para su propia gloria. Si pudiésemos apreciar el plan de Dios cuando nos envía sus bendiciones, veríamos claramente que él sabe lo que es mejor para nosotros, y que nuestras oraciones obtienen respuesta”.
CONSEJOS PARA LA IGLESIA, P. 627
ORACIÓN
PADRE DE BENDICIONES, ASÍ COMO RESPONDISTE A JABES SU PETICIÓN, RESPONDE LA NUESTRA: “BENDÍCEME Y ENSANCHA MI TERRITORIO; AYÚDAME Y LÍBRAME DEL MAL, PARA QUE NO PADEZCA AFLICCIÓN.” POR JESÚS, AMÉN.